La iglesia como tema de análisis, es un elemento relevante ya que forma parte activa dentro de la sociedad moderna. Vista hoy en día emite, sin adentrarnos en lo que profesa, un mensaje de tradición. Su estructura y organización evocan ciertos pensamientos predeterminados por la cultura y las costumbres de nuestro país. Por lo que es importante recalcar que por si sola puede ser considerada un medio. La interrelación que esta institución mantiene con su contexto, es la clave para denotar el cambio que ha sufrido debido a la introducción de la tecnología; el mensaje dogmático y arcaico se modifica y pasa a considerarse un mensaje integrador dirigido a todos los diversos individuos que conforman la sociedad. También puede ser vista como el relajante público de las personas, es decir, en el momento dinámico en el que nos encontramos, el surgimiento de otras tendencias que siguen la misma esencia pero que cambian su actitud pueden aplacar el estrés generado por el tradicionalismo, por eso mismo podemos optar por diferentes iglesias en donde el discurso tiene otro abordaje. Es elemental, para las iglesias en general, ir modificándose a la par de que lo hace la humanidad y para eso es necesario entender cual era su desenvolvimiento en el pasado y así poder crear un futuro cónsono con la evolución (espejo retrovisor).El discurso, sus doctrinas y su estructura arquitectónica constituyen un claro simbolismo. En este sentido las personas actúan de acuerdo a ciertos planteamientos (las costumbres de la iglesia). Es evidente que la interacción entre las personas se ve afecta por el uso y la adopción de la tecnología, aspecto que también influye en la conexión iglesia-individuo. Tanto su estructura como su expresión oral han sido salpicadas ineludiblemente por las diversas perspectivas generadas en el mundo cambiante. Existen algunas iglesias que todavía mantienen un pensamiento conservador pero así como esas, existen otras que se han modificado y se han acoplado al uso de la tecnología. Consecuentemente, este hecho ha atraído multitud; ya la información no se memoriza, ahora se publica y se comparte sin exigir retención, la emisión de información no se da en una única dirección, ahora se concreta una bidireccionalidad de los pensamientos y deseos. Ha surgido entonces el simulacro, el gesto que es la fe se mantiene para todas las religiones y para todos sus templos, pero la reorganización de los primeros parámetros causa la ramificación de modos de pensar y con ello el resurgimiento de la iglesia como un ente incluyente y diverso que acoge a las personas sin importar actitudes. El hecho de que una institución, que fue en algún momento tan estricta y rígida, esté buscando otros medios para llegar a las personas demuestra una nueva forma de hacer comunicación; se reconstituye el todo mediante la mezcla de diferentes componentes.
Gracias a todo lo expuesto anteriormente, se nos es posible abordar un punto clave para el análisis del tema, el cambio en la escala de percepción. Es de conocimiento que cada nuevo proceso comunicacional trae consigo variaciones en la óptica de las personas. En la modernidad, la iglesia no es percibida como un agente excluyente, más bien germina una manera diferente de relación, hay una vía alterna y factible para comunicarse con Dios. No significa que la aparición de los dispositivos electrónicos marquen lejanía con las costumbres, más bien se trata de acercar los dos mundos para la complacencia humana. Por esa razón es que obtenemos piezas en las que confluyen la idea clásica plasmada en las pinturas y el arte moderno que moldea y reorganiza el ambiente. De igual manera, se reúnen en un mismo lugar el pasado y el presente, la vieja generación y su relevo, la cultura antigua y los nuevos modos de pensamiento y expresión. Esa confrontación es la que queremos formular a través de imágenes simples que hablen por si solas. La disposición de los distintos fragmentos de los que esta compuesta la iglesia dan a conocer un mensaje, los bancos, el ambón y el altar, las columnas, la distancia entre el suelo y el techo, la inmensidad o la pequeñez de la arquitectura (dependiendo del caso), la presencia o la falta de imágenes reducen la complejidad y aumentan la simplicidad para que el argumento llegue de forma eficaz. La metáfora es la ruta acogida para establecer un vínculo con los individuos de cualquier estrato social y se vale de la continua repetición para no descarrilar su ideología, es decir, los contenidos que brinda son siempre los mismos, pero cada vez que se los emprende se hace con un tono más cercano, más terrenal, por ejemplo: las imágenes espirituales, que en su mayoría son santidades expresan piedad, dolor y justicia, ahora en la modernidad los personajes utilizados son humanos, son niños, ancianos. Se crea entonces un trasncódigo, la institución acepta distintos códigos como el uso fotografías que representan el pensamiento antiguo. Y a pesar de todas las técnicas innovadoras que pueda consentir sigue manteniendo un sistema de control mediante la articulación y organización de patrones de conducta. Esto marcaría el equilibrio entre lo naciente y lo establecido.
El uso del blanco y negro, de una cámara digital profesional y una de un teléfono inteligente son las herramientas que nos permiten completar y complementar el análisis. El uso de este color respondería a la visión de una sociedad donde la cultura puede cambiar pero mantiene sus bases. La cámara profesional reflejaría el hábito, el meticuloso detalle con que se conformó un pensamiento y el dispositivo móvil manifestaría el cambio, la modificación, la alteración de un orden pero conservando su naturaleza.